15 de junio de 2021

ÚLTIMA CONSIDERACIÓN SOBRE EL AZÚCAR

Mi consumo diario de azúcar oscila entre 28 y 48 gramos. Es alto. Ello incluye la convergencia básicamente de dos de los seis tipos de azúcar: glucosa y fructosa. Por mi dieta habitual están casi descartadas la sacarosa, la lactosa, la galactosa y la maltosa. Amén del agua y del té y del café en pocas dosis, tomo casi todo sin azúcar, aunque la fructosa del banano me sirve para endulzar algunos batidos y postres. La papaya hawaiana y la piña oro miel son dos de mis pecados capitales. Por lo demás priman los vegetales, los frutos secos y las grasas relativamente benévolas del aguacate, el coco y los pescados azules, que volví a probar porque extrañaba el sabor del salmón, la trucha, el atún y la sardina.
 
Es vox populi que una persona adulta debe consumir máximo 26 ó 30 gramos de azúcar al día (sumando las pequeñas dosis de todas aquellas clases de azúcares). Sin embargo, si en este país que sufre de hambre y de envidia tienes la "fortuna" de desayunar con café en leche y dos buñuelos, a las 8:00 de la mañana ya habrás ingerido cerca de 45 gramos de azúcar. Vienen luego el jugo o la fruta antes del almuerzo y el helado de postre y patatí y patatá: a las 2:00 de la tarde la ingesta de azúcar con facilidad puede rayar en los 120 gramos. Y queda casi todo un medio día por delante: un mecato antes de la comida o, si es fin de semana, una salida a cine o fuera de la ciudad y más comida. La felicidad del domingo pesa entre 150 y 200 gramos de sacarosa y lactosa. De puro azúcar en el "departamento más dulce de Colombia".

A este ritmo, una persona adulta como yo puede acumular al mes un promedio de 4500 gramos de azúcar: alrededor de 60 kilos al año. La cereza en el postre o, mejor, la breva en el manjarblanco es diciembre, cuando los besos, los abrazos y las deudas se duplican tanto como el consumo de azúcar. En los 40 ó más días que dura este mes, una persona en uso de sus cabales, despreocupada ante todas estas barbaridades que escribo, puede echarse a la sangre fácilmente 8 kilos de azúcar.

Antes yo comía bastante y mal, ahora consumo poco pero buen alimento. En esto no hay ninguna superioridad moral o algún afán de eternidad, pues vivo convencido de que podría morir apenas termine de escribir esto, debajo de las ruedas de una tractomula en el Alto de Letras o sentado en una poltrona durante un día de marzo de 2049. Pero evito el azúcar refinada menos para derrotar el imperio azucarero que convirtió al Valle del Cauca en un desierto verde y más para cuidar lo poco que tengo de vida, evitar la obesidad, la inflamación, la depresión y la jaqueca.

Tampoco deseo aconsejar ni adoctrinar a nadie respecto a la más que necesaria moderación frente a los azúcares. Pero sí quiero sugerir que una vez el médico decrete el hallazgo de niveles elevados de glucosa en sangre estando en ayunas (algo por lo cual ya pasamos quienes tenemos más de 40 calendarios), busque en redes sociales un buen contador de calorías. Y resígnese al sabor natural del mundo: será neutro, ácido o amargo sin azúcar; quizá no sepa mejor pero es más saludable.

📷 https://extremaduraempresas.es/el-azucar-la-droga-del-siglo-xxi/

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