10 de diciembre de 2022

UNA FLOR QUE GERMINA EN LA GRIETA

En la imagen múltiple que vemos aquí convergen la bicicleta y un salvavidas. En el afuera de la lectura aparece, insinuado, un tapabocas. De algún modo, los tres artefactos se refieren a individuos, a acciones de salvación, a emergencias vividas en la doble acepción de la palabra: la salida a la superficie luego de estar en el fondo, casi a punto de sucumbir por ahogamiento, y, también, la situación apremiante en la que nos pone un accidente, un suceso inesperado, la desazón misma que amanaza nuestra vida.

En Comenzar de cero (Rey Naranjo, 2022) diez crónicas de varia factura narran sucesos la mayoría infelices, pero que tuvieron una segunda oportunidad para enmendar su carácter emergente en la piel de diez seres humanos atravesados por dos variables: la condición desplazada y/o migrante y la pandemia por covid-19 de 2020.

Foto: Hernando Urriago Benítez
Cada una de las crónicas está firmada por un o una periodista que sirve de depositario de una historia de vida. Así, nos encontramos con el relato indirecto, pero en todo caso con el desgarramiento y la resiliencia frentera de seis mujeres y cuatro hombres, todos y todas con arraigo en Bogotá, Medellín o Cali, Colombia; seis procedentes de Venezuela, de donde la mayoría salió tras la debacle social y económica vivida por ese país sobre todo luego de 2017; cuatro más de origen colombiano, desde un país profundo que ha sobrevivido a mil violencias. Tienen en común las diez personas que al afrontar la violencia, el abuso, el menosprecio étnico, la cuasi anulación de su condición humana, además de la estigmatización por la decisión sexual, renacen de las cenizas, se reinventan, empiezan de cero, sí, para afirmarse en la vida, más allá de la angustia y el desconsuelo.

Aunque la escritura, desde el punto de vista estilístico, es desigual, vale mencionar por su calidad y al mismo tiempo por el énfasis en la historia de vida la magistral crónica que José Guarnizo titula 'Marcos, la historia de un hombre invisible'. Se trata de un venezolano, Marcos de Jesús Rey, quien luego de desertar de la Guardia Nacional Venezolana en 2017 escapa a Colombia, terminando luego en Chile, donde trabaja como domiciliario en una bicicleta. El punto crucial es que al entrar en la crónica lo encontramos de retorno, clandestino, con su valor y su bicicleta como únicos escudos, haciéndose insivible a los ojos de la soldadesca que custodia el paso fronterizo entre Chile y Perú. Al cabo de 6000 kilómetros, Marcos regresa a Colombia, para vivir en Rionegro, Antioquia, desde donde cuenta su periplo.

Podría destacar otras crónicas que retratan el dolor, la desazón y el valor de hombres y mujeres cuya otra característica es tener hoy un empleo fijo, a pesar del pesar de la pandemia que asoló al mundo entre 2020 y 2021. Pandemia que para mucho y muchas trajo la pérdida de la esperanza, cuando no del trabajo a destajo y los vínculos familiares. Pandemia que resuena en esta páginas donde aparecen, casi como entidades salvadoras, el Gobierno de Canadá, la ONG Curso Internacional y el Ministerio del Trabajo de Colombia, que de algún modo han actuado para asegurar que las diez personas tengan una mediana estabilidad laboral.

Como sucede con otra de las personas aquí protagonistas, se trata de diez almas que renacieron cual flores germinadas en medio de las grietas de una realidad dolorosa, aunque siempre dispuesta a dar revancha.

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