Ante las circunstancias que vive el país y teniendo en cuenta que todo lo que aquí se relaciona incurre en práctica distractora, cuando no reaccionaria, frente a la causa colectiva, se ordena:
1. Prohibir el disfrute del fútbol, pues el fútbol, en estas circunstancias, es una afrenta contra el pueblo.
2. Prohibir la lectura de cualquier literatura que conduzca al divertimento o al ocio, pues leer, en estas circunstancias, es una afrenta contra el pueblo.
3. Prohibir la práctica de cualquier deporte que distraiga al cuerpo de lo que verdaderamente importa, pues en estas circunstancias correr, nadar, jugar a la pelota o rodar en bicicleta es una afrenta contra el pueblo.
4. Prohibir el canto, que acalla al grito, pues en estas circunstancias cantar es alta traición a la condición beligerante del alarido y es una afrenta contra el pueblo.
5. Prohibir la ensoñación, que nos distrae de vivir colectivamente la pesadilla actual y es una afrenta contra el pueblo.
6. Prohibir la ironía y la risa, poses burguesas que en estas circunstancias son una afrenta contra el pueblo.
7. Prohibir el consumo de verduras pues el verde, que evoca la bota opresora, en estas circunstancias, es una afrenta contra el pueblo.
8. Prohibir el baño en las aguas tibias de los ríos y en las duchas de quienes tienen todavía el cinismo de bañarse porque en estas circunstancias son una afrenta contra el pueblo.
9. Prohibir la sensación de hartazgo luego del almuerzo o de la comida, pues en estas circunstancias esa personalísima actitud es una afrenta contra el pueblo.
10. Prohibir, prohibir y prohibir.